Aburre la falsa moral de este país - desunido por suerte - que no ilegaliza organizaciones de ultra-derecha. Les da derecho, por no decir privilegios, de reunión y hasta local para ello. Todo en supuesta legalidad. En cambio prohiben a partidos con algo mas que valor de todo derecho como organización.
¿A quien quieren engañar? Lo veo en Madrid, en las calles con cobarde propaganda racista, xenófoba e intolerante. Pero no lo veo cuando cambio la tele, o paso la pagina de cualquier periódico.
Hasta que punto somos consciente del influjo negativo de los medios. Los cuales no hacen mas que disimular la existencia de la ultra-derecha-retrograda. Es fácil machacar con imágenes tensas de una minoría que da la cara para llevar a cabo el desprestigio total. ¿Con que clase de basura nos quiere alimentar?
No teman por mi. Hoy mas que nunca doy mi brazo a torcer por partidos políticos siempre tan incomprendidos y perseguidos.
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