miércoles, septiembre 27, 2006

Un dia..kualquier dia

Te levantas todos lo días antes que suene la alarma de tu movil, depende de ti si lo haces después. Tus ojos se abren para ver lo que no hay que ver, para ver lo q nadie vio.

Comes todos los días en menos de 14 minutos, siempre cerca de tus azulejos, pudriendote la vista cada vez que los miras. Sigues mirando esa mancha que nunca sale, sin quererlo ya es parte de ti.
Vas todos los dias al trabajo acompañado de desconocidos. Siempre que miras al reloj son las 17:12, y piensas como seria tu vida en otro lugar.

Vives buscando la felicidad sin saber que esta en la habitación de al lado. La felicidad no dura mas de 38 horas. Ni una mas ni una menos.
Cuando es menos es un capricho.
Si dura mas una estupidez.

!7:16 acabas de ver esa hora reflejada en un reloj digital, empiezas a correr como de costumbre.. La hora en digital no trae nada bueno. Demasiadas palpitaciones para un corazón tan roto e indefenso. Golpeas tu maltrecho cuerpo con gente demasiado fea como para pedir disculpas. Puedes estar tranquilo que nadie te señalara, porque donde tu estas no llega nadie. No acariciaran tus huellas.
Se desasen tus nudos ahora que estas al filo del cielo.
Vuelves a casa con tu cuerpo menguado, las carnes tan frías, y la mente aun despierta.
El día finaliza cuando tu espalda no puede mas y se quiebra

sábado, septiembre 02, 2006

Letargo.

Ahora se despierta de su letargo. como loca de desesperación, a media noche cuando a pasado mucho tiempo desde sus ultimas caricias.
Ellos fueron los únicos capaces de comprender el motivo de su soledad y desolación. Buscó sus caricias, caricias que la hiciesen estremecer, pero no encontró nada. Llego a descubrir que mientras mas tiempo pasaba mas se acordaba de él y sus particulares caricias. Pero creía poder soportar el dolor del recuerdo.

Paso tanto tiempo hundida en aquel abismo de lamentos e inconsciencias que sus fantasmas imaginarios creados por el recuerdo dejaron de encontrar un lugar a su lado para que ella se lamentara, perdiendo así todo contacto con la realidad y lo imaginario. Quedando a un paso de ambas cosas, pero igual de perturbada que cuando despertó de su letargo.
Pronto ella moriría pero seria ahora al final de su vida cuando comprendería que debía de desaparecer aquella idea de recuperarlo, fue entonces cuando desapareció el miedo que la atormentó desde aquel letargo.

Pensaba en sus imaginarios y sentimentales fantasmas que tanto la hicieron enfermar de sentimiento. Estaba lucida pero era tarde había desaprovechado media vida.
Era el momento, no sentía nada, ni temores ni nostalgia, en ningún momento de su merecida muerte tras tanto quebranto, no llego a preguntarse que habría sido de él.
Mientras ella esperaba en su cama el final de tanto malestar , allí estaban sus fantasmas que le fueron fieles y le hicieron compañía hasta en la muerte.