No siempre los cambios son aceptados de la misma manera. En este día en el que muchas cosas han tomado otra perspectiva.
En un lugar infame donde los ruidos no residen.
en una casa tan desapartada (en todos los contextos reales e irreales que se me ocurren ahora mismo) donde mi única compañía una noche son un coloreado puñado de globos.
Revolotean a mi alrededor. Se mueven guiados por viento (hay quien se mueve guiado por sentimientos, pero no es de eso lo que alimenta ahora mis ganas de seguir). Sin encender la luz rondan de aquí a allí, chocando en desenfrenados movimientos. La ventana a medio abrir tras una cortina (por llamar de alguna manera a tal abominación de tejido, forma y composición)
Uno de ellos (el de color verde) ha explotado. Tan breve ha sido nuestra relación, escasa,efímera y marchita. Casi no nos dio tiempo ni a discutir. Algunos nunca aprendemos a aprovechar el tiempo, aunque todo depende de como lo asimilemos.
¿Podría ser una vida completa con la única compañía de los globos? Nadie se lo ha preguntado.
Hoy todos los asientos a mi alrededor están libres, no espero a ninguna multitud, solo a una persona. Si caigo en la cuenta en que una vida así no es real me perdería de todo.
De mis sueños, no quiero quebrantar mis inquietudes. No es que evite las cosas, no es que sea directo pero tampoco busco distracciones para esta noche.
No disfruto del rechazo como para encontrarla, solo me conquistaría abandonandome.
A este estado lo llamaremos por esta noche “pasión de la mente”.
-tras ver q no entras en escena me acuesto a mimir-
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