Damien Rice - Rootless Tree
lunes, enero 28, 2008
viernes, enero 25, 2008
Finales de enero
Recuerdo como si fuera ayer aquel paseo. La noche que paseamos por la calle de las almas. Aquel día salimos de casa a la misma hora, como de costumbre. Casi todo se repetía en nuestra lineas, monótona y apática vida.
Expulsión del territorio de morfeo por la incansable melodía d un arañado teléfono movil. Tras eso nos deparaba una tragedia aun mayor: Ser escupidos por las sabanas, conspiradas por las mantas. Cayendo al suelo desprovistos de calcetines.
Unos primeros pasos torpes hasta salir de la habitación, Ya con unos pasos a medio ritmo me adentro en el lugar mas higiénico - en ocasiones - de la casa. Enfrento mis ojos a una intensa mirada reflejada en el espejo. No puedo hacer otra cosa que rendirme y cerrar los ojos. Hundir mi cuerpo en miles de gotas, caricias de espuma multicolor. Procuro no alargar demasiado esto..
Con pasos inseguros pongo camino hacia el trabajo, lo que transcurre en esas horas no es de gran interés. Pasa la jornada paulatinamente. Se va casi parte d mi vida.
Ha caído el sol frente a la luna. Esta vez gana ella. Mis ojos agradecen la victoria, aunque tienen su propia derrota particular. Quedo con ella algo mas tarde de lo normal.
Hemos elegido nueva ruta, pese a que tenga la sensación que nada es tan nuevo como parece. Ella habla de como fue su día, De lo frustrante de su trabajo - no es para menos, tantos años en la misma empresa cansan a cualquiera- y que ve pasar los días allí metida sin ninguna emoción. Es ahora cuando veo conveniente aportarnos un poco: estiro una de mis manos sobre su mejilla y paso su pelo tras la oreja. Su cara se ilumina, como si de la primera caricia se tratara.
Durante unos segundos quedo observandola. Sin guardar conciencia de lo que hay a mi alrededor. Ella rompe el instante preguntandome cualquier cosa ininteligible para mi mente en aquel momento. Me saca de escena tirando de mi antebrazo.
Entramos en uno de esos bares que por mucho que mires no tiene nada especial. Había pocas personas, pasamos desapercibidos como de costumbre. Tardan un rato en servirnos. Tras un par de rondas nuestras caras toman un tono animado. La conversación se hace fluida, intercalada con risas inocentes, que corra otra ronda! Risas satíricas de anfitrión.
Llegado a un punto hay que plantarse, y al igual que todo tiene un limite, en mi economía casi sumergida también. Era plantarse o devorarnos allí mismo. Mejor no caer en lo segundo. Ella nunca fue de exceder sus conductas intimas - afectivas en publico. Tampoco estaba por provocar un terremoto, así que pedí la cuenta de las rondas.
Sus dedos húmedos mojaron el ticket, la mire y se le escapo una carcajada. Recorrí lentamente sus dedos , sus manos, su muñeca, esos delgados brazos que tanto me gustaban. Hasta llegar a sus ojos. No se el tiempo que quede en silencio mirandola, sin apartar los ojos de ella.
Una molesta melodía irrumpe en la escena. Suena de fondo. Cierro y abro los ojos. La situación ya no es la misma. Me siento desmejorado, nos vamos.
Durante un rato no emito sonido alguno. Ella se aferra a mi antebrazo y copia así mi ritmo. Andamos sin mirarnos, sin cruzar palabra, silenciosos nuestros pasos.
Suelta mi brazo, me avisa del problema. No sabemos donde estamos, ninguno de los dos reconoce el lugar. Toca retroceder, ella es la primera en advertir lo inevitable:
Hemos entrado en la calle de las almas.
Procuro no alarmarla, pero ella al igual que yo sabe muy bien donde estamos. Noto un pesado frio de pronto. Conforme nos adentramos en la calle mayor es la sensación. Intentamos pasar lo mas rápido posible, ella se pega como nunca lo ha echo a mi cuerpo. Agarra fuertemente mi mano. Nos alerta sonidos de pasos que vienen de atrás, aceleramos entonces nuestro andar. Si era poco con tal melodía de taconeo, surge ahora pasos en todas las direcciones. Miramos a nuestro alrededor, giramos sobre nuestros cuerpos, nos desconcierta la ausencia de señales.
Pasos y ahora voces que nos paralizan en la abstracción. Las voces se hacen mas fuertes, cercanas, nítidas. Puedo oír con claridad risas y gritos que suenan alegres, aunque no consigo ver a nadie alrededor. Surge un silencio, ahora el único sonido es el de la angustia por no saber que esta sucediendo.
Bajo un poco la guardia y es mi dulce compañía quien tira con fuerza de mi para salir de las oscuras callejas. Nos vamos alejando, pasando rápidamente por los portales pares. Queda recorrido un gran numero. Mis pulsaciones toman su ritmo normal, me tranquiliza ver que la calle va terminando. Junto a mi esta ella, aferrada aun a mi mano. Nota que la miro y devuelve una mirada de complicidad. Solo falta un portal para acabar, y es entonces cuando suena una explosión, sonidos de cristales por todas partes, gritos desesperados. Nos ponemos a cubierto, abrazados. Demasiados nerviosos como para pensar en algo. Miro a mi alrededor una y otra vez, cual es mi sorpresa que no hay ni el menor rastro sobre el irracional incidente.
Ella esta rota entre sollozos, bella imagen del miedo. No se como hacerla tranquilizar, deseo que pare. Reniego de mi, tengo la culpa de tu malestar.
Ismael Jf
miércoles, enero 02, 2008
final de año..
Año en estado agónico,
A punto de caer de entre tus paredes,
enfundando con sus doce hojas mensuales.
Pasa por ser época de escasas victorias,
y demasiadas derrotas desgraciadamente.
Ninguna que hunda.
Cuanto es el peso de la derrota?
De cuantas se necesita para ganar?
Este año no va dedicado a los q no aman,
ni a los q no lloran, tampoco a los q nada sienten.
Menos aun a quienes dejan un leve rastro
y desaparecen, oportunistas desfasados.
Hay momentos para hacer mención a quien
dramáticamente ya no esta.
No te recuerdo, porque sencillamente nunca te olvido.
Conforme te haces mayor mas rápido pasa el tiempo.
Se escapa para no volver. Casi parece que fuera ayer
cuando hacías planes de futuro. De pequeño siempre
creyendo que el tiempo no llegara, no avanzara..
Llegado a este punto no toca otra cosa que centrarnos.
Pensar en todo un mundo de intrigas para el próximo año.
Que la suerte se ponga en nuestro punto de mira.
Sorpresas a cada paso encontraremos.
Dibujame una sonrisa, caricias y deseos..
..que yo borrare las penas.
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